La reforma de tejados es una intervención en la cubierta de un edificio con el objetivo de mejorar su funcionalidad, seguridad, estanqueidad y apariencia.

Cubiertas y fachadas Barruso

Reforma de tejados en Santander y Cantabria

Existen diversas técnicas y materiales para llevar a cabo una reforma de tejados, que van desde la reparación de elementos puntuales hasta la sustitución completa del tejado. Algunas de estas técnicas incluyen:

Reparación y mantenimiento: se pueden realizar trabajos de reparación en elementos puntuales como las tejas, las juntas, las canaletas, los canalones, entre otros, para mantener la integridad del tejado.

Aislamiento térmico: se pueden instalar materiales aislantes en el interior del tejado para mejorar el aislamiento térmico del edificio y reducir el consumo energético.

Sustitución de elementos: se pueden cambiar las tejas o placas de cubierta por materiales más modernos y resistentes como las tejas cerámicas, las tejas de hormigón, las láminas asfálticas, entre otros.

Instalación de sistemas de drenaje: se pueden instalar sistemas de drenaje de aguas pluviales, como canalones y bajantes, para mejorar la evacuación del agua y evitar filtraciones.

La reforma de tejados es importante porque la cubierta es una de las partes más importantes del edificio ya que protege la estructura y los interiores del edificio de las inclemencias del tiempo. Una cubierta en mal estado puede provocar filtraciones de agua, humedad, condensaciones y pérdidas de calor, lo que puede derivar en daños estructurales y problemas de salud.

Es recomendable contratar a profesionales especializados en la reforma de tejados para llevar a cabo este tipo de proyectos, ya que requiere un conocimiento técnico y herramientas adecuadas para garantizar un resultado satisfactorio y duradero. Además, se deben cumplir las normativas y reglamentos vigentes en materia de construcción y conservación de edificios.

La limpieza regular también desempeña un papel crucial en el mantenimiento. Eliminar la suciedad, el polvo, los residuos de vegetación y otros materiales que se acumulan en la superficie ayuda a prevenir la corrosión y el deterioro prematuro de los materiales. Además, realizar reparaciones oportunas tan pronto como se detecten problemas es fundamental para evitar que estos empeoren. Rellenar grietas, reemplazar tejas rotas y reparar juntas defectuosas son algunas de las tareas que pueden ser necesarias.

El mantenimiento del agua es otro aspecto importante a considerar. Asegurarse de que los sistemas de drenaje estén limpios y funcionando correctamente ayuda a prevenir la acumulación de agua en la cubierta y la fachada, lo que podría provocar filtraciones y daños estructurales. Aplicar selladores y recubrimientos protectores según sea necesario también ayuda a proteger la superficie contra la humedad, la radiación UV y otros elementos ambientales, prolongando así la vida útil de los materiales.

El control de la vegetación cercana al edificio también es esencial. Podar árboles y arbustos regularmente evita que las ramas rocen la cubierta o la fachada, lo que podría causar daños. Además, las raíces de la vegetación también pueden representar un riesgo si no se controlan adecuadamente. Cuando se requieran tareas de mantenimiento o reparaciones más complejas, es importante contratar a profesionales cualificados y experimentados para garantizar que el trabajo se realice de manera segura y efectiva.

Finalmente, desarrollar un plan de mantenimiento a largo plazo para la cubierta y la fachada, teniendo en cuenta el tipo de material, la edad del edificio y otros factores relevantes, es fundamental. Un mantenimiento preventivo regular puede ayudar a evitar costosas reparaciones y prolongar la vida útil de la estructura, garantizando que el edificio permanezca seguro, funcional y atractivo durante muchos años.