
- Miguel
- Sep 19, 2025
- Belleza y salud, Salud
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¿Podemos confiar en cualquier clínica de Medicina Estética en Cantabria o en las que encontraremos, en esta tendencia de tantos años, en el destino de los famosos tratamientos de Turquía? Comentamos todo esto con una especialista en Maxilofacial en Cantabria, Diana López Gordillo, quien nos comentará los aspectos tan importantes que debemos tener en cuenta a la hora de ponernos en manos de estos profesionales.
Evitemos las consecuencias de equivocarse de clínica de medicina estética o corporal
Equivocarse de clínica al someterse a un tratamiento de medicina estética o corporal puede traer consecuencias serias que van mucho más allá de la simple insatisfacción con los resultados. Una de las más comunes es la aparición de complicaciones médicas derivadas de una mala praxis. Cuando los procedimientos no son realizados por profesionales capacitados o en instalaciones adecuadas, se incrementa el riesgo de infecciones, reacciones adversas, cicatrices permanentes o incluso daños irreversibles en la piel y los tejidos. Estos efectos secundarios pueden requerir costosos tratamientos correctivos y, en algunos casos, atención hospitalaria de urgencia.

Las clínicas de medicina estética que abren y cierran al día siguiente son un peligro
Creo que todos estamos ya acostumbrados a que de repente, en cualquier calle con tránsito de cualquier ciudad, aparezca una sucursal de una marca de medicina estética y cirugía plástica y de otras especialidades relacionadas, pero la verdad es que muchas de estas auténticas sucursales no suelen durar demasiado. Y es algo que sorprende si tenemos en cuenta que la medicina privada con resultados médicos y con buenos profesionales puede durar toda la vida y con muy buenos resultados económicos también. Pero si eso no es muy normal que suceda con ningún tipo de negocio, imagínate en algo tan importante en lo que nos estamos jugando lo más importante que tenemos como es nuestra salud. ¿A dónde vas a ir a reclamar si todo te sale mal?
Esta especialista en Medicina Estética en Cantabria nos recuerda el nivel de responsabilidad que ejercen los profesionales de la salud y lo necesario que es que hagamos bien las cosas.
Hay un tipo de tendencia en la medicina privada que no es idónea por su forma de trabajar y por la forma que tienen, incluso, de tratar a los pacientes y a los propios profesionales. Tengamos en cuenta que la responsabilidad que asumimos los responsables de la salud es ilimitada y eso tiene que tener una mínima compensación laboral y económica. No podemos pensar que la salud es algo gratuito porque es engañarse tan torpemente como pensar que médicos o enfermeras o auxiliares sanitarias o administrativos que trabajan con nosotros no cobran nada o no tienen por qué cobrar. Yo creo que todos merecemos un reconocimiento concreto por el trabajo concreto que realizamos y no se puede ofrecer de cualquier manera algo tan importante como es la atención sanitaria.

Acudir a verdaderos profesionales de la Medicina Estética o cirugía corporal
Yo creo que también se ha frivolizado un poco lo que es todo este espectro de tratamientos de medicina estética o cirugía plástica y demás. Porque parece que al ser algo que no es completamente necesario para vivir porque no es cardiología o no es psiquiatría etcétera pues parece que podemos pasar sin ello y se ve como algo accesorio. Sin embargo, a mí me gustaría recordar a todas las personas que no tienen problemas de autoestima o asociados de alguna manera a los tratamientos que ofrecemos los profesionales de la medicina estética o cirugía corporal y demás que por supuesto que estas personas y estos pacientes sufren bastante hasta que podemos arreglar o mejorar en gran medida su aspecto exterior y la percepción que tienen de ellos mismos.
Cualquiera que haya tenido problemas como los que son tan poco mencionados, normalmente, como el exceso de mamas en los hombres, o conozca a personas que tengan este tipo de problemas, sabe que este tipo de situaciones puede hacer que las personas se sientan muy desgraciadas y muy acomplejadas. Yo entiendo que a veces la gente no percibe estas cosas con la misma realidad que los profesionales que nos dedicamos directamente a esta especialidad médica, pero la medicina estética o la cirugía plástica o corporal son de las ramas médicas que más han evolucionado en los últimos tiempos. Y creo que todo el mundo puede reconocer que hemos hecho una gran labor al ayudar a muchas personas a retrasar los síntomas del envejecimiento, o a eliminar de forma segura las cicatrices o tatuajes que lastraban su autoestima, entre otros muchos tratamientos y objetivos realizados.

Acudir a clínicas sin licencias o que operan sin los permisos adecuados
Además de los riesgos físicos, elegir una clínica inadecuada también puede generar un gran impacto emocional. La frustración por no obtener los resultados prometidos, o peor aún, por enfrentar consecuencias negativas visibles, puede afectar la autoestima, la confianza personal y las relaciones sociales. Muchas personas buscan estos tratamientos para mejorar su bienestar y apariencia, pero al acudir a lugares poco profesionales terminan con un problema mayor que les genera ansiedad y descontento.
Otro aspecto importante es el económico. Los precios muy bajos suelen ser un indicador de materiales de dudosa calidad o personal sin formación especializada. Esto puede llevar a un gasto doble: primero, en el tratamiento inicial, y después en cirugías reconstructivas o procedimientos correctivos que pueden ser totalmente ilimitados si la chapuza realizada es grave. En este sentido, lo que parecía una opción más barata termina convirtiéndose en una inversión mucho más costosa y desgastante.
Y también existe una consecuencia legal. Acudir a clínicas sin licencias, que operan sin los permisos adecuados, puede dificultar cualquier reclamo en caso de negligencia. El paciente se encuentra entonces en una situación de vulnerabilidad, sin garantías ni respaldo jurídico. Por todo ello, investigar la trayectoria de la clínica, verificar la formación de los especialistas y asegurarse de que los productos y técnicas estén aprobados es esencial para evitar riesgos y garantizar un tratamiento seguro.
Algunos tratamientos estéticos en Turquía que salieron mal
Aquí os dejamos varios ejemplos reales de personas que fueron para hacerse tratamientos estéticos en Turquía y terminaron teniendo graves complicaciones. Algunos son casos muy conocidos, otros menos, pero todos ilustran los riesgos que puede implicar no investigar o confiar sin cuidado.
Ana Bárbara Buhr Buldrini — muerte tras múltiples cirugías
Ana Bárbara, una influencer de 31 años de Mozambique, viajó a Estambul para someterse a una combinación de procedimientos: aumento de pecho, liposucción y rinoplastia. Poco después de las operaciones, Ana Bárbara sufrió un paro cardiorrespiratorio y murió. Su esposo alegó que las intervenciones se adelantaron sin el tiempo suficiente de preparación y que ella no había cumplido ciertos requisitos previos (por ejemplo, ayuno adecuado). Este caso muestra cómo incluso clínicas que parecen “grandes” o muy promocionadas no siempre garantizan seguridad en todos los detalles del procedimiento y los cuidados postoperatorios.
Demi Agoglia — complicaciones tras un Brazilian Butt Lift (BBL)
Demi Agoglia, madre de tres hijos, viajó a Turquía para hacerse una cirugía estética tipo BBL. El coroner (autoridad forense en Reino Unido) determinó que no hubo un consentimiento informado adecuado, y que tras la operación los cuidados fueron muy deficientes. Agoglia sufrió una embolia por grasa (una complicación conocida en este tipo de cirugías) y falleció tres días después.
Joanne Law — daño permanente tras lifting facial
Joanne, de Inglaterra, decidió hacerse un lifting facial, junto con otros procedimientos, en una clínica en Turquía después de una pérdida de peso importante. Sin embargo, el resultado fue desastroso: no puede cerrar completamente los ojos, tiene cicatrices dolorosas y describe la clínica como una especie de “taller de carne” (“butcher’s shop”). Una complicación que no solo afecta la estética sino funciones básicas como parpadear, algo que puede generar problemas de sequedad ocular, infecciones o daño permanente si no se corrige.
Aleyna Bozkurt — muerte tras cirugía corporal
Aleyna Bozkurt, de Holanda, viajó a Izmir para operarse el abdomen (“tummy tuck”) y murió después de una operación que duró siete horas. Se sospecha que fue una embolia pulmonar la causa de la muerte — una complicación asociada a operaciones prolongadas. Su familia ha señalado también la influencia de publicidad y redes sociales en la decisión, y la falta de transparencia en los riesgos que se le comunicaron.
Sara Karimizadeh — reducción de pecho en la que no cambió nada
Sara es de Finlandia, madre de tres, que fue a Turquía para una reducción de pecho. Según su relato, el procedimiento fue realizado muy rápidamente, con poca supervisión, y al despertar se dio cuenta de que prácticamente no le habían reducido nada el pecho. Además, el dolor fue intenso. Tras investigar, descubrió que la clínica aceptó operarla pese a advertirle que su estancia en Turquía no era suficiente para supervisar adecuadamente la recuperación.
Mujer en Ankara fue operada por “falso doctor”
En otro caso en Ankara, una mujer de 38 años se sometió en 2021 a una abdominoplastia y cirugía de pecho con alguien que se presentaba como cirujano plástico. Después, sufrió infecciones, dolores persistentes, y descubrió que el “doctor” tenía un diploma falso; no existía registro oficial de que esa persona fuese profesional. Aunque inició acciones legales, el caso se cerró inicialmente por falta de pruebas, lo que evidencia otro problema: la dificultad para que se reconozca la responsabilidad.
