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Restaurante Sivar en Santander

Menú del día casero y especialidad en comida centroamericana.

Dirección: C. Vargas, 33, 39010 Santander, Cantabria.

Teléfono: 642 90 63 38

 

El Salvador tiene una rica tradición culinaria que refleja su herencia indígena y las influencias coloniales españolas. Uno de los platos más emblemáticos y conocido como el plato nacional es la pupusa. Las pupusas son tortillas gruesas hechas de masa de maíz o arroz, rellenas de una variedad de ingredientes como queso, frijoles, chicharrón (carne de cerdo) o una combinación de estos. Se sirven con curtido, una ensalada de repollo fermentado, y salsa de tomate, ofreciendo un equilibrio perfecto de sabores y texturas. Otro plato tradicional son los tamales, que pueden estar rellenos de pollo, cerdo, elote (maíz) o frijoles. Estos se envuelven en hojas de plátano y se cocinan al vapor, resultando en una textura suave y un sabor profundo. La yuca frita con chicharrón es otra delicia popular, donde la yuca se fríe hasta quedar crujiente y se acompaña con chicharrón, curtido y salsa de tomate, creando una combinación irresistible.

 

 

¿Sabías que hay un pedacito de El Salvador en el corazón de Santander? Este alegre bar restaurante ofrece la oportunidad de disfrutar de los platos típicos de uno de los países más pequeños, pero también uno de los más hermosos y ricos de toda América. Ricos, sobre todo, en una gastronomía única que comparte similitudes con la de sus vecinos como México y Colombia, y aún más con sus hermanos centroamericanos: Nicaragua, Honduras, Costa Rica y toda la región.

 

Restaurante Sivar en Santander

Dirección: C. Vargas, 33, 39010 Santander, Cantabria.

Teléfono: 642 90 63 38

 

Pupusas en Santander: el plato más típico del Salvador

 

La sopa de pata es una sopa espesa y rica hecha con patas de res, yuca, plátano verde, maíz y otros vegetales, sazonada con hierbas y especias. Es un plato sustancioso, ideal para los días más frescos. La sopa de gallina india, por otro lado, es una sopa hecha con gallina de campo y vegetales como zanahoria, chayote y papa, servida con arroz y tortillas, que ofrece un sabor profundo y reconfortante.

 

Para los amantes de las bebidas calientes, el atol de elote es una opción deliciosa. Esta bebida espesa se prepara con maíz tierno molido, leche, azúcar y canela, y es muy popular en ferias y celebraciones. Las empanadas de plátano son una golosina dulce hecha de plátano maduro relleno de frijoles dulces o crema pastelera, fritas y espolvoreadas con azúcar.

 

Entre los postres, las quesadillas salvadoreñas destacan por su textura esponjosa y sabor suave. Este pan dulce se prepara con queso, harina de arroz, huevos y mantequilla. El pan con pollo es un sándwich de pan francés relleno de pollo guisado con tomate y especias, acompañado de verduras como lechuga, pepino y rábanos, ofreciendo una comida completa y sabrosa.

 

Y no nos olvidemos de las riguas, que son tortitas de maíz tierno mezclado con sal y, a veces, queso, cocinadas en hojas de plátano en una parrilla o sartén. Estos platos no sólo son deliciosos, sino que también representan la cultura y la historia de El Salvador, haciendo de cada bocado una experiencia cultural única.

 

Ricos tamales en Santander en su versión de El Salvador

 

La comida y la cultura centroamericana están llenas de curiosidades que reflejan la rica historia y diversidad de la región. Por ejemplo, las pupusas de El Salvador tienen su propia celebración nacional: el segundo domingo de noviembre se celebra el Día Nacional de la Pupusa. Este platillo es tan significativo que incluso ha entrado en el récord mundial con la pupusa más grande jamás hecha, que midió más de cuatro metros de diámetro. Otro dato interesante es que la palabra “tamal” proviene del náhuatl “tamalli”, que significa “envuelto”. Este platillo no solo es popular en El Salvador, sino en toda Centroamérica y México, con variaciones en los ingredientes y métodos de preparación dependiendo de la región. En Guatemala, por ejemplo, los tamales a menudo se preparan con una masa de maíz más fina y se envuelven en hojas de plátano, lo que les da un sabor y una textura únicos.

 

 

En cuanto a las bebidas, el atol de elote, muy popular en El Salvador y otros países centroamericanos, tiene una historia que se remonta a las civilizaciones precolombinas. Los mayas y aztecas ya consumían una versión de esta bebida, que se consideraba sagrada y se usaba en rituales religiosos. Hoy en día, el atol sigue siendo una bebida tradicional, especialmente en celebraciones y ferias.

 

La cultura culinaria centroamericana también está profundamente influenciada por la mezcla de tradiciones indígenas y españolas. Por ejemplo, en Nicaragua, el gallo pinto, un plato de arroz y frijoles, es un símbolo de la identidad nacional y se consume diariamente. La combinación de arroz y frijoles es común en toda la región, pero cada país tiene su propia versión y métodos de preparación, mostrando la diversidad culinaria dentro de una misma región. Además, la influencia africana es notable en la costa caribeña de Centroamérica, donde platos como el rice and beans (arroz y frijoles cocinados con leche de coco) son comunes. Este platillo, típico de la cultura garífuna, refleja la historia de los esclavos africanos que fueron llevados a la región y que dejaron una marca indeleble en su gastronomía.

 

Menú del día casero en Santander

 

El Dios Maíz de los mayas era una poderosa deidad muy respetada

 

La cultura del maíz es otro aspecto fascinante de Centroamérica. El maíz es un alimento básico que también tiene un profundo significado cultural y espiritual. En la mitología maya, se cree que los primeros humanos fueron hechos de maíz y tenían un poderoso dios dedicado a este importantísimo grano. Este cereal sigue siendo central en la dieta diaria, usado en una variedad de platillos desde tortillas hasta bebidas como el pozol, una bebida fermentada de maíz popular en el sur de México y partes de Centroamérica.

 

Estos datos curiosos no sólo subrayan la riqueza culinaria de Centroamérica, sino también cómo la comida es un reflejo de su historia, tradiciones y la mezcla de culturas que han influenciado la región a lo largo de los siglos.

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