
Hoy comentaremos unos consejos de una ginecóloga en Torrelavega para todos nuestros lectores. La ginecología es una rama de la medicina que acompaña a las mujeres en todas las etapas de su vida, desde la adolescencia hasta la madurez. Cuidar la salud ginecológica no solo significa prevenir enfermedades, sino también promover el bienestar integral, la calidad de vida y la detección temprana de posibles problemas.
No descuidar las revisiones periódicas con el ginecólogo
Un primer consejo fundamental es realizar revisiones periódicas con el ginecólogo. Aunque no existan síntomas, se recomienda acudir al menos una vez al año para chequeos de rutina. Estas revisiones permiten detectar de manera temprana alteraciones como quistes, miomas, infecciones o incluso lesiones precancerosas en cuello uterino o mamas.

Una ginecóloga de Santander nos recuerda que hay otras prioridades no menos importantes:
Otro aspecto esencial es la prevención y detección del cáncer ginecológico. La citología vaginal o prueba de Papanicolaou es clave para identificar lesiones en el cuello uterino, y debe realizarse con regularidad siguiendo la recomendación médica. Asimismo, a partir de cierta edad, se aconsejan mamografías periódicas para la detección precoz del cáncer de mama.
El cuidado de la higiene íntima también desempeña un papel importante. Se recomienda utilizar jabones neutros y evitar duchas vaginales innecesarias, ya que estas alteran la flora natural y pueden favorecer infecciones. La ropa interior de algodón y evitar prendas excesivamente ajustadas también ayuda a mantener la zona íntima saludable.
El uso del preservativo no sólo previene embarazos no deseados
En relación con la vida sexual, es indispensable practicar sexo seguro. El uso del preservativo no sólo previene embarazos no deseados, sino que también protege frente a infecciones de transmisión sexual (ITS). Además, la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) constituye una medida preventiva fundamental para reducir el riesgo de cáncer de cuello uterino.
El autoconocimiento del propio cuerpo es otro consejo valioso. Realizarse autoexploraciones mamarias mensuales ayuda a identificar cualquier bulto o alteración, y prestar atención a cambios en el ciclo menstrual, sangrados anormales, dolor persistente o flujo vaginal inusual puede ser la clave para acudir a tiempo a consulta médica.
Una alimentación equilibrada y el ejercicio regular también repercuten positivamente en la salud ginecológica. Mantener un peso saludable reduce el riesgo de trastornos hormonales, síndrome de ovario poliquístico o problemas de fertilidad. Asimismo, el ejercicio contribuye a mejorar la circulación y la salud ósea, especialmente en etapas como la menopausia.
Por último, no se debe olvidar la salud emocional. Los cambios hormonales, la menstruación, el embarazo o la menopausia pueden afectar al estado de ánimo. Contar con apoyo psicológico o grupos de acompañamiento puede ser de gran ayuda para afrontar estas etapas con mayor bienestar.