- Miguel
- Oct 14, 2024
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Se ha calculado que, en todo el mundo, para el año 2025, alrededor de 322 millones de varones sufrirán de disfunción eréctil (DE): una condición caracterizada por la incapacidad de sostener mínimamente una erección lo suficientemente correcta como para tener relaciones sexuales satisfactorias con la pareja. Según un urólogo de Santander especializado en el tratamiento de la disfunción eréctil, Jose María Monge Mirallas, el problema natural de la impotencia sexual puede volverse peor o inclusive ser generado desde el principio por determinado tipo de medicación:
Aunque las causas de la impotencia son variadas y personales, por lo que dependen siempre de un diagnóstico, algunos medicamentos comunes podrían estar contribuyendo al aumento de este problema. Estos fármacos, aunque eficaces para tratar ciertas enfermedades, pueden alterar las hormonas masculinas, afectar los nervios o interferir con la circulación sanguínea, lo que aumenta el riesgo de desarrollar impotencia. La incidencia de disfunción eréctil crece con la edad, afectando a más del 50 % de los hombres mayores de 70 años. Sin embargo, los riesgos asociados al uso de ciertos medicamentos, como los que se describen a continuación, pueden influir negativamente en la salud sexual de hombres de diversas edades.
Comentamos la disfunción eréctil con un urólogo en Santander
La disfunción eréctil (DE) es la incapacidad recurrente o persistente para lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual satisfactoria. Este trastorno puede afectar a hombres de todas las edades, aunque es más común en aquellos mayores de 40 años, y su prevalencia aumenta con la edad.
Existen múltiples causas de disfunción eréctil, que pueden ser de origen físico, psicológico o una combinación de ambos. Entre las causas físicas más comunes se encuentran problemas cardiovasculares, diabetes, hipertensión, obesidad, enfermedades neurológicas, y trastornos hormonales como bajos niveles de testosterona. Factores de estilo de vida como el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, el sedentarismo y una dieta poco saludable también pueden contribuir al desarrollo de la DE. Además, algunos medicamentos, como los antihipertensivos, antidepresivos, analgésicos opiáceos y antihistamínicos, están asociados con este trastorno. En el plano psicológico, el estrés, la ansiedad, la depresión y los problemas de relación son factores importantes que pueden desencadenar o agravar la disfunción eréctil. La ansiedad por el rendimiento sexual, por ejemplo, es una de las causas psicológicas más comunes.
El tratamiento para la disfunción eréctil depende de su causa subyacente. Puede incluir cambios en el estilo de vida, terapia psicológica, medicamentos orales como los inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5 (PDE5), dispositivos mecánicos como las bombas de vacío, o incluso intervenciones quirúrgicas en casos más graves. Es fundamental consultar a un médico para determinar el tratamiento más adecuado, ya que la disfunción eréctil también puede ser un indicador temprano de problemas cardiovasculares más serios.
Betabloqueantes y antidepresivos y disfunción eréctil
Usados principalmente para tratar la hipertensión cuando otros fármacos no funcionan, los betabloqueantes reducen la frecuencia e intensidad de los latidos del corazón, disminuyendo la presión arterial. Sin embargo, al igual que otros medicamentos antihipertensivos, pueden contribuir a la disfunción eréctil. No obstante, los estudios muestran que este efecto secundario es relativamente raro, afectando a menos del 1 % de los pacientes.
Los antidepresivos, en particular los que incrementan los niveles de serotonina, pueden afectar negativamente la función sexual. En muchos casos, los hombres que toman estos medicamentos experimentan una disminución del deseo sexual, problemas de erección o una reducción de la libido. Hasta el 80 % de los hombres tratados con antidepresivos serotonérgicos pueden desarrollar algún tipo de disfunción sexual. A medio plazo, entre el 30 % de los pacientes tratados con estos fármacos también presentan síntomas de disfunción eréctil.
Analgésicos opiáceos y antihistamínicos: el peligro de algunos medicamentos
Los analgésicos opiáceos, utilizados para tratar el dolor intenso, también se asocian con la disfunción eréctil. Al actuar sobre los receptores cerebrales, pueden inhibir la respuesta sexual. No obstante, los analgésicos no opiáceos, que se usan para tratar dolores más leves, no presentan el mismo nivel de riesgo. Algunos antihistamínicos, que se utilizan para tratar alergias, también pueden afectar negativamente la vida sexual de los hombres. Al interferir con la histamina, una sustancia que ayuda en el proceso de erección, estos medicamentos pueden reducir el deseo sexual y afectar la función reproductiva masculina.